‘Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.’
En Internet hay polémica sobre si el autor de este poema Instantes, del que sólo he escrito una parte, es o no Jorge Luis Borges. Pero la verdad es que a mí eso no me importa.
Descubrí esta poesía hace muy poco. En un día en el que, desgraciadamente, entendía bastante las palabras y las sensaciones que se describen. Un día en el que se cumplía un triste aniversario: un año sin ti. Y sentí esta frase como si el autor no fuese Borges o quién quiera que la haya escrito, sino como si me hablases tú. El poema –entero- trata de una persona mayor que sabe que se acerca el final de su vida y recomienda vivir más y pensar menos. Disfrutar.
No era tu caso: tú eras muy joven y, aunque tuviste una buena vida, te quedaba mucho. 25 años de recuerdos, de fotos y momentos que nos parecen insuficientes y con los que nos tendremos que conformar. Has dejado un hueco y ahora tenemos que aprender a vivir con el y ¿hacer como si nada? Qué difícil.
Ojalá todos nos tomásemos las cosas menos en serio, con menos prisas, menos agobios y fuésemos más conscientes de lo que en realidad es importante. De los momentos que pasan desapercibidos por estar preocupados de otras cosas, del tiempo que perdemos en tonterías. Esas que nos llenan la cabeza y que pierden interés y pasan a un segundo plano (y tercero y cuarto...) cuando sucede algo realmente grave que nos saca de nuestra burbuja y nos hace comprender lo poco que apreciamos lo que nos rodea. Hasta que es tarde y no podemos hacer otra cosa que echarlo de menos.